Artículo de opinión. Javi Llull, CEO Plus Media Comunicación
Después de la creación de una marca, es imprescindible la realización de un manual de identidad corporativa.
La semana pasada os estuve hablando de «El alma de una marca», un artículo donde os quise explicar en unas breves lineas lo importante que es conocer el porqué de los logotipos, su expresión y lenguaje y su significado. Muchos habéis sido los que os habéis interesado y que me habéis enviado mensajes dándome la razón y, también, hablando de otra parte fundamental en este proceso, el manual de identidad corporativa. Por ello, hoy quiero escribiros sobre este tema.
Antes de empezar a daros mi opinión, expliquemos que es. Un manual de identidad corporativa es un documento donde marcamos las directrices de uso y mal uso de la marca. En él se explican las lineas maestras a utilizar y se definen tanto el código de color como la tipografía utilizada. También se expresa su utilización en soportes gráficos y como debe ser implementado en cada una de las impresiones.
Este manual es de vital importancia para todas las empresas. En ella nos marca como se debe utilizar el logotipo principal o en su versión secundaria, si la hubiera. Que elementos pueden modificarse o no, que partes de la marca pueden variar de color y cuales no… etc.
Son muchas las reglas que marca y, para una correcta implementación, cada imprenta, rotulista, diseñador o creativo que trabaje con dicha empresa, debe solicitarle este documento antes de comenzar a trabajar, o, por el contrario, ser la empresa quien le facilite este dossier.
Esto ocurre en la mayoría de los trabajos que se realizan para pequeñas y medianas empresas. Los profesionales del sector de la impresión y el diseño, en su mayoría, solicitan el logotipo e imprimen con total libertad y sin inconveniente en utilizar una paleta de color diferente e imprimir en formatos que no deben ser utilizados según el creador de la marca y las reglas marcadas en dicho manual.
Debemos hacer partícipes a los impresores y diseñadores de la importancia de este documento.
Esto es un grave problema de forma y de fondo, porque nos acostumbramos al «todo vale». Las empresas que dispongan de un manual de identidad corporativa deben enviarlo a sus impresores y diseñadores y hacerles participes de la importancia de su buen uso. Deben corroborar, en cada impresión o diseño que se ha respetado el documento y así evitar estas malas praxis que lo único que se consigue es la falta de rigor y profesionalidad.
Si, por el contrario, no dispones de este documento, te aconsejo que busques un profesional o agencia que te lo realice. Es de vital importancia.
Desde mi humilde experiencia, es muy inquietante ver la cantidad de empresas, incluso de rangos económicos altos, que solo disponen de un simple «logo» que cierto día les diseñaron. No hay reglas y todo vale. Encuentras sus tarjetas de visita con un azul eléctrico, las carpetas de presentación con un color azul turquesa y un rótulo exterior con un azul marino. En ocasiones ves su tipografía secundaria en Arial y en otras implementaciones en Helvetica.
Esto es inconcebible en el mundo del diseño y la creatividad. Las marcas deben mantener un orden y no son «barras libres» que se pueden ir modificando al gusto.
Desde las agencias de marketing y comunicación debemos exigir a cada cliente el uso de este documento y hacer entender a los clientes la gran importancia del buen uso de su marca, para su negocio y para su reputación.
¡Reivindiquemos el diseño de estos documentos!
Aquí os dejo un ejemplo de manual de marca de Unicef.